lunes, abril 08, 2024

Café


Todo aquel que llegara tarde le tocaba poner el café a media mañana. Éramos siete mensajeros encerrados en un cuchitril al que le decían: la oficina.
Un día antes me había encontrado con dos tipos duros: el Cabrito y el Marras, buscaban donde tomarse un cartón de cerveza. Dada mi capacidad y perfil humanista insistí de que fuéramos a la casa. Ahí escuchamos algunas canciones de Chuk Berry y Chuby Checker.
Le dimos un repaso a las demás décadas del rock n roll hasta llegar a las norteñas. Ya era otro día, sin embargo no falté al trabajo. Eso sí, llegué tardecita, entonces Rigo dijo:
-negro, pon el café, te toca- sostenía una taza vacía.
Salí a la tarja. Mientras preparaba el café saqué un sobrecito con polvo blanco y un par de aspirinas que coloqué en el filtro. Llené la jarra para doce tazas, coloqué la cafetera en su lugar, la conecté y todo mundo a despertar.
Poco a poco cada uno iba por su taza de café. Matías alias el perrito parecía muy contento:
-negro, te la bañaste, te quedó con ganas el café-
-gracias-
Pacheco, Noriega, Castro igual. De las oficinas vecinas escuchaban los comentarios sobre el café. A ver a ver dónde está ese cafecito milagroso. Es cierto que te pone con un sabroso cosquilleo en el cuerpo. Quien es la persona que lo preparó, el director quiere conocerlo. Al poco rato se terminó pero, ya no me dejaron ponerlo. Primero porque había que hacer el recorrido, la mensajería no puede esperar. Mientras revisaba algunos paquetes logré a alcanzar que decían: pinche Negro quien lo viera, ponlo a que haga el café, nosotros hacemos su trabajo, no, pero si es mi caballito de batalla. En eso se apersona Castro y con un dejo de envidia que para mí fue de salvación, pedía lo dejaran poner el café para el día de mañana. Se trataba de una receta ancestral. Se le puede poner vainilla, chocolate, rajitas de canela etc.
-está bien Castro, puedes poner el café mañana- dijo el jefe y yo respiré aliviado.

lunes, marzo 24, 2014

Historas inauditas de los Hernamos Pérez


Los hermanos Pérez son músicos, pero sólo las historias de José Adrián (Monterrey, N.L.,1970) se desarrollan en ese ambiente: giras, tocadas, convivencia con otros músicos, etc. En cambio las de Erick (Monterrey, N.L., 1971) son más bien con mujeres: estilistas, amigas, engañadoras de maridos, vecinas y madres desesperadas, en ese orden, tres de las cuales le sacan dinero.
Las historias inauditas de los hermanos Pérez* es un título sensacional para un cuentario, pero dichas historias no tienen nada de inauditas y sí mucho de comunes: en las de José Adrián se habla de músicos que viajan, tocan y beben en exceso. Y en las de Erick hay relaciones sexuales en las primeras tres, y en la cuarta el protagonista se abstiene para evitarse complicaciones.
El lenguaje coloquial que emplean José Adrián y Erick otorga solidez a sus textos, variando sólo en el hecho de que José Adrián privilegia la descripción y Erick el diálogo.
Ambos coinciden en que la trama es más importante que la forma y por ello sus trazos son directos, sin florituras ni pretensiones estéticas:“Una de las cosas más disfrutables cuando tocamos, es que de repente nos mandan una, dos o hasta tres cubetas repletas de cervezas” (José Adrián, p. 9), “Una noche que invité a mi compadre Juan (…), salimos a la banqueta a tomarnos unas cervezas que apañé de un evento. (…) Juan se prendió y en su carro puso música grupera, canciones inmortales. Teníamos un cotorreo sano” (Erick, p. 40).
Los personajes de estas historias inauditas… viven el momento presente al máximo, aprovechando las oportunidades que surgen, a excepción del protagonista del cuento “No busques problemas, encuentra soluciones” quien tiene un insólito momento de reflexión:“Ella y yo nos parecíamos bastante. Tomábamos riesgos sin pensar en las consecuencias. Abrí la ventanilla del coche y arrojé su número. Tal vez si le llamara seríamos los gemelos tóxicos y yo no quería eso” (Erick, p. 52).
Los personajes de José Adrián giran entre dos polos vitales para ellos: la música y la bebida, mientras que los de Erick se desenvuelven entre la música y las mujeres: “Sin nada en la panza nos la pasamos chupando cebada. La cerveza, cuando andas resacoso, es la gloria enfriada (…). Nos surten con la suficiente cerveza para aguantar el viaje (desde Puebla) hasta Aguascalientes”(José Adrián, p. 17), “Algo pasa con las mujeres en la actualidad (…). Ahora eran ellas las que salían de caza. (…) Muchas de estas mujeres, dentro de sus fantasías es hacerlo con un músico de banda, ya sea el cantante, el bajista o el del cencerro, hoy me tocó a mí” (Erick, p. 45).
¿Serán los ficticios hermanos Pérez alter egos de sus autores (José Adrián y Erick) o son producto de su febril creatividad? Dicho de otro modo, ¿cuántos elementos autobiográficos hay en ellos? En realidad, estas cuestiones son irrelevantes: los caminos para crear un personaje son infinitos.
ELIGIO CORONADO

lunes, febrero 24, 2014

Trapos Sucios









"A todo mundo le gusta mirar al cielo en busca de marcianos, pero en mi opinión los alienígenas somos nosotros. Somos los descendientes de los delincuentes de otros planetas. Aquí es donde nos dejaron tirados. Somos los putos locos que nadie quiso en otro sitio, somos la hez".

martes, junio 05, 2012

The tide is high.


jueves, mayo 03, 2012

Los personajes de Erick Pérez
Eligio Coronado






Monterrey.- Los personajes de Erick Pérez Serrano provienen de su entorno y a él vuelven en textos literarios: la ladrona coludida con policías, el joven que atraviesa la ciudad en busca de unos tacos, la novia posesiva, la madre furiosa, la prostituta del brazo de platino, el viejo ex-luchador extremo, el confidente de las muchachas que prefieren a los chicos malos y la chica que tiene su primera vez con un amigo al que no había visto en dos años.

En Una terrible costumbre, Erick (Monterrey, N.L., 1971) reúne siete cuentos urbanos de índole realista, cinco de ellos narrados en primera persona, entre los que sobresalen dos: “Bólido” (where all have the good times gone) e “Insoportable”.

Bólido fue un atleta de los encordados que ahora vive pendiente del reloj porque su esposa le tiene medido el tiempo: “su mujer (…) le advirtió que otra llegada tarde implicaría cuestiones de divorcio” (p. 11). Su forma de relajarse consiste en beber “una cerveza y ver bailar a la gente” (p. 10), pero los celos gobiernan el carácter de su esposa: “Pasa todo, menos los celos (…), aunque ya no sirvas para nada” (p. 10).

Ahora Bólido es vigilante en un centro comercial y a todo le aplica el esquema luchístico. Ejemplo: bailar con una vieja amiga es ganar la primera caída, que luego esa amiga baile con otro significa perder la segunda caída y después dirigirse a casa donde lo espera su némesis (o sea, su desconfiada cónyuge) representa enfilarse hacia la tercera caída.

En el otro cuento (“Insoportable”), un joven es testigo de un arresto en el paisaje nocturno de la ciudad: “Agárrenla a ella, ¿por qué me quieren detener a mí? Les digo que me robó” (p. 3). Luego que el joven se aleja, la implicada lo llama: “¿Me das un aventón?” (p. 3).
Establecida la conexión ella le propone tener relaciones: “Quiero hacerlo” (p. 4). Luego de besarlo, la mujer le pide dinero. Pronto el joven descubre la celada en que ha caído: “¿Ves esa patrulla? Sólo esperan (…) una señal” (p. 4).

Después de que la ladrona silba y la patrulla enciende sus luces, el victimado comprende que está perdido y ella le quita “el sueldo de la semana” (p. 4). Pronto el joven ve reunirse a la mujer con los policías: “vi cómo la patrulla la interceptó. A lo lejos escuché carcajadas” (p. 5).
¿Dónde termina la ficción y donde empieza la realidad? ¿Cuándo los personajes cobran vida y saltan de los libros a las calles? Erick supo construir personajes convincentes porque viven su propia vida y no la vida del autor. Una vida en la que el peor enemigo del antiguo guerrero del ring seguirá esperándolo en su propia casa y otra vida en la que la malvada ladrona seguirá robando incautos con ayuda de la ley.

¿Cómo lo hizo posible? Simplemente les confirió a sus personajes las cualidades que requerían para desempeñar su papel apropiadamente: sumisión, resignación y temor (para el viejo ex-combatiente), y perversión, eficacia y rapidez (para la “insoportable” atracadora).

Erick Pérez Serrano. Una terrible costumbre. Hermosillo, Son. Edit. Universidad de Sonora, 2011. 16 pp. (Colec. Lengua de Camaleón. Serie Pura Fichita, 33.)





martes, abril 24, 2012

¡Oh capitán, mi capitán¡

Oh Capitán mi Capitán
Tú que apareciste en sueños
Como santo amortajado
Y en voz del profeta en taller literario
Toca el corazón  humano

Oh capitán mi capitán
Querubín futbolero, rizos de oro
Lector de libros sagrados
Creaste Ordinaria Locura
Abriste horizontes

 Oh capitán, mi capitán
 Llena mi tarro de palabras
 Llena mi cerebro de cerveza
Tú, el capitán Mantarraya
 El Bombero que come Zucaritas

 Oh capitán, mi capitán
 Tú que te alimentas de flores nocturnas
 Sobre el jardín de diversidad hermosa
Tú, seleccionador de néctar exquisito
 Llenas de miel con tu lengua
 Colmena ofrecida

 Oh capitán, mi capitán
 Ángel caído del cielo
 Rechazado de la mesa de los elegidos
 Porque no hay mejor crónica que la que se hace In situ
 Salvo aquéllas
 Con sus debidas y honrosas excepciones

 Oh Capitán, mi capitán
 Que de entre la hierba
 Apartas al escritor de ocurrencias
 Al loco de ideales muertos
 E ignoras al viejo inflexible

 Oh capitán, mi capitán
Tú que abres tus alas
Y las contraes en el momento
Porque es necesario
 Retomar el vuelo


 No detengas tu marcha
 Abre el surco
 Keep on run
Keep on the way
Keep on the road.

lunes, marzo 12, 2012

Músicos





“Como en todas las bandas, las anécdotas más chidas son las que no se pueden contar”
La marrana negra de la literatura rosa
Carlos Velázquez



“No sé si será una especie de fatalidad, pero a todos nos ha ido como en feria. Ahora sólo falto yo”
Las jiras
Federico Arana



“Y pasó el tiempo y la euforia; muchos roqueros le entraron a la cumbia y las bodas, otros se quedaron bien pirados”.
La balada de Pepe Garras
Mario Anteo


“Los músicos no tienen que luchar contra nada”.
Eusebio Ruvalcaba, al servicio de la música.


“La música es la vida”
Anónimo.


“Cuando oigo la música, por primera vez en la maldita vida mis pies no se posan en la tierra”
Víctor Roura, Polvos de la urbe.


“No sé si será una especie de fatalidad, pero a todos nos ha ido como en feria. Ahora sólo falto yo”
Las jiras
Federico Arana



“Mi nombre es Juan Cienfuegos, me apodan el Yonics, soy voz y guitarro de los Black Birds, y apenas hace unos años me cayó el veinte: llevaba casi treinta años tocando con mi banda y no tenía suficiente lana ni para cambiarle la transmisión a mi Mustang 77”.
La segunda oportunidad
Claudia Ariday Alejo.

“Cada vez es más difícil conseguir clientes. Un dueto norteño puede pasar la noche recorriendo cantinas y restaurantes sin que nadie tenga ánimo de pedirle una canción. Y luego las radiolas que nunca dejan de sonar. Una moneda y tienes al cantante original interpretando el éxito del momento; imposible competir con una máquina que cobra barato y nunca se cansa”.
Luis Humberto Crosthwaite
Idos de la mente.

“Finalmente nos fuimos con la música a otra parte, pero también de allá nos corrieron”
Eligio Coronado.